El varón y su Ezer –kenegdo
Por Víctor Moreno
2:18 No es bueno. Este pasaje enseña que Dios creó al hombre como un ser social para el cual la soledad no era el estado ideal. El matrimonio es una ordenanza de la creación y no una acomodación al estado del hombre caído. Como Dios había determinado hacer una ayuda (heb., ezer) idónea para el hombre, formó del hombre a la mujer (vers. 22).
Una muestra de las traducciones es el siguiente:
Voy a hacer una ayuda semejante a él »(RV);
'Voy a hacerle una ayuda apropiada para él" (New Jewish Publication Society); "
voy a hacer un ajuste de ayuda para él" (AB); "
yo lo haré una compañera "(JB),
" haré un socio adecuado para él "(NAB),"
le haré una ayuda idónea para él "(RVR).
Esta línea de razonamiento, que insiste en la plena igualdad, se continúa en el Génesis 2:23 dice que Adán de Eva, "Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada" Mujer, porque ha sido tomada del hombre. “El sentido de esta frase idiomática "hueso de mis huesos" es un "pariente muy cercano" a "uno de nosotros" o de hecho "nuestros iguales."
La mujer nunca fue significado para ser un asistente o "ayuda" al hombre. La palabra "compañero" se metió en Inglés, ya que estaba tan cerca de la palabra Inglés Antiguo "cumplir", que significa "apto para" o "correspondiente a" el hombre que viene de la frase que probablemente significa "igual a".
Lo que Dios tenía la intención, entonces, era hacer un "poder" o "fuerza" para el hombre que en todos los sentidos "corresponden a él" o incluso "ser su igual."
La Dra. Susan Hyatt ofrece la siguiente definición de su libro En el Espíritu Estamos Igual "Re: ezer hebreo kenegdo . En Génesis 2:18, la palabra " ayuda idónea "no ocurrir. La expresión hebrea ezer kenegdo aparece, lo que significa "uno que es el mismo como la protege de otros y que rodea, ayudas técnicas, ayuda, apoya. "No hay indicación de inferioridad o de una posición secundaria en una jerarquía separación de los hombres y mujeres "esferas " de la responsabilidad, autoridad, o posición social.
Ningún animal ni Dios pueden servir de ayuda idónea, es decir, de una relación social y emocional íntima e importante. Dios decide soberana y libremente proveer esa necesidad de compañerismo al hombre. Esto indica la naturaleza social del hombre. El hombre no vive sólo. Su vida encuentra significado completo en la comunidad con otros seres humanos. La vida en comunidad refleja también la imagen y semejanza a Dios quien se ha manifestado desde el principio no en soledad sino en trinidad
Lo que asumimos como obstinación de parte de nuestra pareja, o peor aún, rebeldía (o peor que todo, no escucharnos), es usualmente un reflejo del hecho que tienen un tipo de personalidad distinta. No miran el mundo de la forma en que lo vemos nosotras.
Y no sólo eso. Frecuentemente, es por esa razón que nos casamos con ellos. (Así es que deje de rechinar sus dientes). El principio magnético que dice que opuestos se atraen es verdadero. Si hubieses sido criada en un hogar caótico, probablemente serías atraída por la estabilidad y confiabilidad del otro. Si hubieses sido criada para ser muy responsable, encontrarías refrescante la espontaneidad de otro. Algo de tensión creativa es bueno en una relación. Lo que ninguna de las explicaciones citadas hasta ahora sugieren es que esta nueva criatura puede ser ambas cosas a la vez. De hecho, parece que hay buenas razones que evitar esa sugerencia - de ser al mismo tiempo subordinado e igual suena como una contradicción. Al mismo tiempo, tal vez la Torá de Di-s refleja una perspectiva diferente - una que a veces nos reta a estirarse más allá de nuestra forma habitual de pensar.
Este concepto encuentra expresión en la Torá, la cual describe al primer matrimonio, entre Adán y Eva, como "Ezer K'neg'do". Este oxímoron significa "una ayuda en su contra". ¡¿Puede una ayudante estar en oposición?! Pero ese es precisamente el punto. Al servir como contrapeso, cada cónyuge completa el rol como el "ayudante" del otro. El sentido de perfección viene no a través de las semejanzas, sino que de las diferencias.
En efecto, la palabra en hebreo "shalom" viene de la raíz shalem, que significa completo y entero. La definición de paz no radica en que "todos son iguales", sino en que todas las partes trabajan respetuosamente hacia la plenitud mutua.
El comentario rabínico ubica un énfasis especial en la importancia de la combinación. Rashi sugiere que la conjunción de las dos preposiciones significa que “´ezer” es tanto la que ayuda como la que se opone. Su rol es indeterminado.
Depende plenamente del contexto de la relación de pacto con su esposo. Si él es bendecido y justo, ella es ayuda. Si él no es bendecido e impío, ella es la que se opone. En otras palabras, es la enemiga perfecta.
Está perfectamente diseñada para actuar como la guía íntima para que el hombre permanezca conectado al Señor. Y es la oposición perfecta cuando su hombre siente la tentación de irse por su propio camino.
Como “´ezer kenegdo”, es tan abogada como castigadora. Está ontológicamente equipada para “conocerle,” por cuanto vino de él y está diseñada para completarlo. Ella carga las armas más poderosas conocidas por el hombre, capaz de atraerlo a ella de maneras que nadie es capaz de hacerlo.
Cuando realmente es “´ezer kenegdo”, protege a su hombre como nadie más. Pero esa responsabilidad gloriosa y ese poder sorprendente vienen con un riesgo aterrorizante.
“Le haré un poder (fuerza o socorro) que sea digna de estar al lado del hombre.”
· La palabra kenegdó califica a ezer, y la palabra refleja más que un significado etimológico, un sentido de propósito;
· En ese contexto kenegdó refiere qué clase de ayuda es la que tendrá el hombre.
Dado que la palabra tiene dos significados, ambos contrapuestos el uno al otro, no es posible hacer una traducción literal del término porque en español no tenemos una palabra que refiera ambos significados juntos, y no podemos usar un sentido y descartar el otro porque ello dejaría coja la interpretación.
La palabra kenegdó adopta el sentido que las actitudes y las acciones del esposo le otorgan, así por ejemplo si sus acciones son acordes al propósito declarado en la visión que Dios les ha otorgado como familia, la mujer se convierte en la ayuda que anima, añade confianza y esfuerza a su marido; en cambio, si el hombre pierde esa visión, la mujer se volverá contra él y le recriminará su actitud y acción, y le conminará a adoptar aquellas decisiones que le hagan volver a encontrarse en la ruta correcta. En ambos casos, frente a él o en su contra, ella es un ezer que busca que el hombre cumpla sus propósitos.
Eva debía funcionar como la “ezer kenegdo” de Adán en el sentido que Eva no debía simplemente funcionar como la ayuda de Adán, sino que se suponía debía ayudarle al ser “kenegdo”, i. e., complementar a Adán al ofrecerle perspectivas opuestas. En una vena similar, el Rav invocó la dignidad especial de la mujer como explicación de la regla jaláquica de descalificar a las mujeres como testigos. El comparó su condición como la de un rey, incompatible con la dignidad real de ser sujeta a examinación cruzada.”
Relaciones más Sanas
Nos casamos con opuestos
El hombre no quiere casarse con sus compañeros de estudios o de equipo. La mujer no quiere casarse con sus mejores amigas. Nos casamos con un miembro del sexo opuesto. “Opuesto” es la palabra clave.
Antes de que Eva fuera creada, Dios dijo “No es bueno que el hombre esté solo. Haré para el un ezer kenegdo, (una ayuda en su contra)”. Dios creó muchas criaturas diferentes pero Adam no encontró una ayuda entre ellas. Y entonces, Dios creó a la mujer.
No es que Adam no podía desarrollar algún tipo de afecto y lealtad con otra de las criaturas que Dios creó.
Nosotros somos estimulados y atraídos a diferentes tipos de ser. En un nivel profundo reconocemos que esto nos fuerza a crecer en lo personal y a expandir nuestra visión. En un nivel superficial las diferencias son sólo una simple atracción. Pero también puede significar problemas.
Un cuadro típico de esta situación la ofrece la situación de Abraham frente a la demanda de Sara, su mujer, de tomar acción ante el maltrato y humillación que Agar representaba ante la opinión del clan. La actitud de Agar establecía una mala enseñanza a Isaac, y podría traer eventualmente una rebelión entre todos los que cohabitaban con ellos, Sara demanda que Abraham expulse a Agar e Ismael del clan, Abraham se resiste a la idea hasta que Dios le ordenó seguir los consejos de Sara.
El mismo cuadro pinta la situación de Isaac y Rebeca cuando Isaac decide otorgar la bendición a su primogénito, Rebeca percibió que su hijo Esaú no era digno de recibirla, sabe que quien debe recibirla es Jacob así que envió a Jacob en una misión para engañar a su padre y recibir a cambio la bendición de primogénito.
Ambos casos presentados nos reflejan diferencias profundas, y posiblemente hoy en día habrá quienes crean que se trataba de hogares disfuncionales. La forma cómo las Escrituras les presentan como los fundamentos de un pueblo fuerte muestra por el contrario que ambas mujeres fueron las ayudas idóneas que Dios les había presentado a estos hombres, para asegurarse a sí mismo que la encomienda de ambos la habrían de cumplir.
“Le haré un poder (fuerza o socorro) que sea digna de estar al lado del hombre, para que lo esfuerce a continuar con sus propósitos, y que le corrija cuando se salga de estos.”
¿Cómo podemos evitar esta lucha? ¿Cómo podemos utilizar esta información sobre nuestro cónyuge para realzar más que, Dios no permita, destruir nuestro matrimonio?
Los hombres necesitan saber que sus esposas los respetan. Las mujeres necesitan saber que sus esposos las aman. Lo importante es que ambas partes necesitan vocalizar sus sentimientos. Una mujer no debería preguntar después de 25 años de casada “¿Tú me amas?” Un hombre debería encontrar oportunidades para expresar su cariño en palabras, regalos, entendiendo que la mujer necesita demostraciones de afecto tangibles.
El hombre necesita escuchar que su mujer piensa que él es el mejor. Siempre recomiendo a las novias hacer una lista de todas las cualidades maravillosas por las que se sienten atraídas por sus futuros esposos. Apégate a la lista. En tiempos de tensión va a recordarte lo bueno. Nos ayuda a enfocarnos en el noble corazón del hombre con quien nos casamos.
Todos necesitamos ser sensibles con las necesidades de nuestras parejas, y recordar que ellas no son exactamente igual a nosotros.
Sólo a través de respeto mutuo, a través de apreciación de nuestras diferencias y a través del deseo de crecer a través de ellas seremos capaces de construir un hogar armonioso que reúna la enorme energía de un hombre y una mujer trabajando juntos.
Potencial para destruir
El potencial para crecer con un compañero que es opuesto es tremendo. Pero debido a las diferencias de naturaleza de hombre y mujer, y debido a la intimidad de su relación, el potencial de destrucción y dolor también es tremendo.
El saber que existen algunas diferencias naturales de género, puede ayudar a evitar mucha angustia.
Mas allá de evitar conflictos, el objetivo principal es apreciar la perspectiva particular de tu pareja y aprender de ello, incorporándolo a tu propio punto de vista y volviéndote un ser humano completo en el proceso.
La forma de ver las cosas, y de oír las cosas tienen su raíz en la naturaleza de la creación, no hay nada malo en ver y oír diferentes, la combinación de ambas cosas es lo que traerá éxito al matrimonio porque así lo diseño Dios.