Pero hagamos un alto por un momento y comentemos este escrito de Ariel, nos interesa saber su opinión.
La Era del Fútbol
Aquella labor que alguna vez se nos encomendó de “Examinarlo todo y retener lo bueno” ha sido prácticamente legada al olvido, el tedio y la comodidad nos han hecho simplemente cruzarnos de brazos a aceptar los hechos consumados. Sin embargo de vez en cuando alguien retoma la tarea de examinarlo todo y nos hace reaccionar "La era del fútbol" es un libro, escrito por un intelectual argentino, que se encarga de desnudar al completo las falencias de nuestra sociedad a través de una pelota golpeada por veintidós sujetos en pantalones cortos.
El fútbol es más que un deporte señala, es un espejo de nuestra sociedad. A pesar de que en un principio la declaración me pareció bastante exagerada, con la lectura del libro fui descubriendo aspectos que si bien es cierto están al descubierto para todos, muy pocas son las personas que se detienen a reflexionar en cuanto a ello.
Sebrelli apunta de manera directa, la relajación de la moral de la sociedad. Durante 90 minutos, los valores morales se suspenden y lo único importa es ganar, no importa si esto se consigue engañando al árbitro, o golpeando al rival. El autor apunto como muchas veces nos encontramos a nosotros mismos deseando que nuestro equipo no se castigado por alguna jugada ilegal, y muchas veces hasta justificándolo. ¿Doble moral? ¿Relativismo? Se podría decir que es solamente un juego, de no ser que vemos los mismos males en nuestros gobiernos, pueblos, universidades, países y el mundo entero.
El autor hace una importante analogía entre fútbol y religión. Señala como el fútbol esta lleno de elementos místicos similares a los de las antiguas religiones paganas. Un templo, un estadio, dioses o semi-dioses, jugadores llamados dioses, ritos y cánticos, el canto de las barras en los estadios, rituales y superstición, amuletos. La similitud es sorprendente, quizás demasiado sorprendente como para se pasada por alto.
Sebrelli concluye que el fútbol puede desaparecer en cualquier momento como lo hizo el circo romano o las olimpiadas en su momento. Sin embargo también apunta que podría quedarse para siempre sumiendo a las personas en una dependencia enfermiza. El autor dice: "No importa si no lees, o si no sabes nada de política, lo que queremos saber es si vas a Boca o a River" Aquellos que nos movemos en círculos seculares y cotidianos (sobre todo los varones, aunque ahora las chicas no escapan de esa realidad) sabemos que si no sabemos el resultado de los juegos del fin de semana, no tendremos tema de conversación para el lunes por la mañana (ni el martes, ni el miércoles).
Juan José apunta además: "Se alegará que estamos exagerando, que al fin se trata tan sólo de un entretenimiento inocente, pero no lo es: por una mera diversión nadie desea la muerte del adversario, y en algunos casos aun lo mata, ni se suicida, ni muere de un infarto, ni cae en depresión a causa de la derrota -todo lo cual suele ocurrir con bastante frecuencia- si en algún momento otros entretenimientos inocentes como el ping-pong o la filatelia adquirieran las características de obsesión colectiva que tiene el fútbol, habría que señalarlos también como gérmenes totalitarios"
Luego de leer un libro así, cualquier fanático o simpatizante del fútbol (cristiano o no) deberá detenerse a hacer un auto análisis concienzudo.